el toro

Vaya vida, todos los días lo mismo, ninguna variación en el programa, me levanto, como, camino(como habito para digerir la comida), leo el diario un rato, me gusta estar informado de lo que pasa en el exterior, posteriormente me vuelvo a dormir y así nuevamente me levanto y se repite la misma rutina, la verdad es que tampoco me quejo, mi vida es admirable comparada a la de mis iguales, en el diario leí que compañeros toros todo el día tiene que estar haciendo relaciones sexuales, y lo mas intrigante es que nunca con la misma vaca.
Ayer estuve leyendo que se acerca la fiesta de san Fermín, fiesta donde se reúnen todos los toros de la región a compartir con los humanos, una fiesta llena de color y alegría. El problema es que para variar a mi no me llevan, eso lo encuentro una gran injusticia, por que todos los toros se pueden divertir, menos yo. Hoy se acabo mi encierro, hoy doy proclamada mi libertad, me iré a Pamplona y celebrare en conjunto con los humanos.
Todo resulto mas fácil de lo que pensaba, camine a la entrada del fundo, y me dispuse a iniciar camino hacia a Pamplona, cuando no llevaba ni 2 minutos de travesía, aparece ante mis ojos un camión que decía fiesta de san Fermín, en una actitud agreste el conductor me incitaba a entrar, yo sin animo de provocar una reyerta hice caso a sus ordenes. En el interior había una gran cantidad de compañeros toros, todos con aspectos ex convictos, lo que me impresiono es que nadie sentía alegría, todos mugían con un aliento desesperado, como si fueran directo al matadero.
He llegado a la gran fiesta, todo es igual a como lo describía el diario, las calles, sus luces festivas, las vestimentas humanas, todo es igual. Solo estoy esperando el momento que se de por iniciada esta gran festividad.
Algo esta pasando, los compañeros toros corren despavoridos por las calles, persiguiendo a los humanos, me pregunto si esto será una rebelión política, de las tantas que salen anunciadas en los titulares de los vespertinos.
He preferido tomar una posición neutral en todo este asunto. Así es que me he posicionado de una esquina y tranquilamente observo el espectáculo, pero momento unos hombres se me acercan y me hacen daño, me muestran una pañoletas rojas, que no me hacen la mínima gracia, al ver mi reacción vuelven a agredirme. Pero yo muy recatado y obedeciendo las recomendaciones que aparecen en el diario ante una agresión. No me inmutado, al parecer esto es un asalto, lo que no saben ellos es que no tengo un peso. Al ver que me miran esperando una reacción he decido caminar y posesionarme en otra esquina, es ahi donde un compañero toro me dice: corre toro, que o si no os sacrificaran. De repente aparecen ante mis ojos las temibles fotos de los periódicos, donde compañeros toros, salen incrustados con lanzas enormes. Me desespero corro despavorido y a lo lejos que veo, si no es mi patrón, le ruego compasión de mi y este en un gesto amor profundo me abraza me hecha en una camioneta y lleva camino a casa.
Han pasado ya tres años del incidente de san Fermín, ahora estoy dedicado a la escritura, en conjunto con mi patrón escribo lo violento que son nuestros respectivos iguales y como la fiesta de san Fermín solo genera odio para nuestras razas, amo mi rutina diaria y espero que siempre sea igual.